Los
látigos
no azotaron las espaldas de los pobres esclavos que construyeron las faraónicas pirámides de Egipto. Y no
lo hicieron porque nunca hubo esclavos levantándolas, sino hombres
libres. Arqueólogos egipcios han hallado un grupo de
tumbas junto a las pirámides que dan peso a esta teoría. No los habrían enterrado de una
forma tan honorable si se tratara de esclavos Las tumbas, de 2,74 metros de
profundidad, alojaban esqueletos perfectamente conservados. En las fosas también había vasijas que alguna
vez tuvieron cerveza y pan.
Las fosas pertenecen a los trabajadores que
construyeron las pirámides de Jufu y Jafra,
en la necrópolis de Giza. Su
edificación se remonta al reinado
del faraón Keops (entre los años
2609 y 2584 antes de Cristo), el segundo faraón de
la IV dinastía. La de Jufu, más
conocida como la Gran Pirámide de Giza, es la más antigua
de todas. La mayoría provenían de
familias pobres del norte y del sur de Egipto y eran respetados por su trabajo,
tanto que quienes morían en la construcción tenían el
honor de ser enterrados en estas tumbas, cerca de las pirámides
sagradas de sus reyes. Eran empleados por periodos de tres meses.
David Ríos.
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